Tenemos la explicación a la gesta de Gemma Mengual. Cómo pudo luchar por siete medallas (y ganar seis) en el mismo mundial sin desfallecer? Fácil: cuando se cansaba, la sustituían por Rosa Aneiros. Y nadie se enteraba (hasta ahora!)
La próxima misión del equipo de investigación de Troquesdeconcreto será comprobar si, alguna vez, la nadadora ha escrito las columnas que firma su doble.
En los estertores del fraguismo, salían de debajo de las piedras plataformas, iniciativas, movimientos ciudadanos que alzaban la voz en nombre de la necesidad de una regeneración democrática en la Xunta. Uno de ellos fue aquel "No nome da esperanza, Xa vai!" que (además de provocar una polémica bizantina entre Losada&Deturo) nos dejó un acto político-artístico que valdría la pena revisitar. Por ejemplo, la actuación de Carlos Blanco tuvo uno de sus momentos más aplaudidos cuando sentenció: "Catro anos máis de Supermartes? Non, nenos... Nunca Máis!". Otro, cuando, recién salido al escenario, recordó a su predecesor la importancia de la síntesis.
Ése incontinente orador no era otro que Barreiro Rivas, quien bromeó en varias ocasiones con su papel de único representante de la derecha en aquel sarao. Se sentía, dijo, como el portugués al que se invitaba a los congresos en los años de la transición para poder decir que tenían carácter internacional.
Con evidente retranca, afirmó que, si aquello salía bien, seguramente no tendría ocasión de volver a dirigirse a un auditorio tan progre, y le tocaría hacer campaña entre su propio público conservadorcillo. Pero si estaba allí aquel día para pedir el voto contra Fraga era porque se vivía una situación excepcional: lo que se jugaba en las urnas no era un cambio de gobierno, sino un cambio de régimen.
Casi dos años después, los esfuerzos de Barreiro, de Losada&Deturo, de Rivas, de Hai que botalos!, de Burla Negra, Nunca Máis, o de las 21 Iniciativas de Máiz y afines (afines a Touriño, quiero decir) demuestran que sí, que lo del cambio de gobierno fue posible... por los pelos.
Sin embargo, para lo del cambio de régimen, me temo que habrá que esperar. Yo propondría que nos pusiésemos cómodos...
En el desayuno: - Ayer conocimos a dos tías... - Tienen un grupo de música. - A veer... Gafas de pasta, camiseta retro Adidas y quieren sonar como los Pixies? - Pues... sí. - Cómo lo sabes? - (Encogiéndose de hombros) No había alternativa posible: ahí arriba dice que estamos en 1997.
Como en el estribillo de aquella vieja canción de La Polla. Después de sumar a los enlaces al Dr. Frango, abrimos línea directa con dos nuevas bitácoras que pretenden hablar de deportes y tendencias (respectivamente) pero que, conociendo a sus autores, no podrán quedarse sólo ahí. Y si no, al tiempo.
"¿Quién iba a pensar que un dúo de muchachos de Queens iba a poder rivalizar con los Beatles?"
Art Garfunkel, en El Mundo.
Nunca he ido demasiado a la iglesia (cómo puedo entonces estar bautizado, comunionado y confirmado es casi un misterio, incluso para mí). En casa, el único creyente es mi padre, y para eso lo hace en (su) Dios, y no en los curas. Pero se ve que en algún momento se sintió obligado a intentar llevarme por lo que él entendía que era el camino correcto e hizo lo que pudo para animarme los domingos por la mañana. La verdad, como efecto llamada tuvieron más poder (unos años después) las pulsiones adolescentes (ellas sí iban a misa... y en masa!) y aquellos primeros canutos en las convivencias y las escaleras del atrio. Pero admito que toda mi vida he sido incapaz de soportar coñazos sólo porque así lo indicasen las convenciones sociales, así que ni unos ni otros tuvieron demasiado éxito con la promoción del ritual (de la cuestión de fondo, no hace falta ni comentarlo). Eso me ha perseguido después siempre que me ha tocado aguantar una conferencia, un acto protocolario, un mitin o una rueda de prensa: a menos que algo me entretenga, a los pocos minutos comienzo a dispersarme.
La iglesia de mi pueblo (o tendría que decir la parroquia? es que no me aclaro...) tiene fama de progre y moderna (no sé qué pensarán entonces de lo de Jon Sobrino) y por eso se empeñaban en amenizar la ceremonia cantando. Claro, lo de progres y modernos pase... pero de ahí a compositores, hay un mundo... Entonces, qué es lo más fácil? Tiremos de tonadillas pegadizas y universales que se le incrusten a la gente en el subconsciente y hagan que se encuentre un día, incluso mientras hace cosas que contravienen el credo, tarareando el padrenuestro con música de Simon & Garfunkel.
Porque ahí está el quid de todo este rollo: resulta que las melodías que estos cabrones utilizaban para intentar extender su doctrina pertenecían a algunos de los grandes clásicos del siglo XX. Quién coño se puede creer que Dylan tuvo algo de revolucionario cuando "Blowin' in the wind" lo retrotrae a la imagen de un coro de niñatos con sombra de bigote y ridículas chaquetas lilas entonando nosequé sobre la ofrenda del pan? (Es por eso que luego se sacaba fotos con Wojtyla?)O que la letra de "Sounds of silence" no es "padre nuestro tú que estáaaaas..." sino, como vi por ahí, una reflexión en torno al trauma que provocó la muerte de JFK en Yankeelandia...? Dónde están Ramoncín y Teddy Bautista cuando pasa esto? Los católicos (gracias, majos) nos han jodido canciones como éstas para siempre y nadie protesta!!!
¿Por qué sorprende tanto que de Juana haya roto la huelga de hambre al llegar a Euskadi? ¿Acaso alguien es capaz de ir al pueblo y no comer nada? ¿Pero no saben qué tortura es ésa?
- Un caldito, hijo?
- No pensarás irte sin probar algo de esto...
- Pero, de verdad que no te apetece nada...? - Mira que te veo muy flaco...
- No quieres que te haga otra cosa?
- Come lo que quieras, que hay más, eh?
- No estarás, malo, oyes? Que menudo saque que tenías tú...
Es que así no hay Dios que mantenga una protesta en condiciones...
"La ocasión de Barreras ya voló. Pero cuando pase el calenturón de las municipales, los dos socios deberían hacer un esfuerzo sincero de lealtad mutua. Porque los codazos del Gobierno le caen en las costillas a Galicia". Luís Ventoso."Disputas conyugales" (La Voz de Galicia, 1/III/2007).
"Estamos nun perigoso xogo de ver como se golpean máis entre os membros do goberno e entre os partidos que apoian ó goberno. Estamos nun perigoso xogo que consiste en ver como sacamos máis rédito electoral ante unhas eleccións municipais. Pero, ó final, esos golpes entre os membros do goberno e entre os partidos que apoian ó goberno... realmente, os que están recibindo os golpes son as galegas, os galegos e Galicia. (...) O primeiro golpe se refire ó tema dos asteleiros de Ferrol..".
Alberto Núñez Feijóo. Rueda de prensa (2/III/2007).
La intertextualidad que tanto gustaba a AR nos ha permitido descubrir al ideólogo en la sombra del líder del PPdeG. ¿Se habrá convertido de verdad Ventoso en el intelectual -con perdón- de cabecera de la derecha gallega? Quizá... pero no se engañen: ni uno es Sam Seaborn ni, por supuesto, el otro es Jett Bartlett.