Hostia de música!
"¿Quién iba a pensar que un dúo de muchachos de Queens iba a poder rivalizar con los Beatles?"
Nunca he ido demasiado a la iglesia (cómo puedo entonces estar bautizado, comunionado y confirmado es casi un misterio, incluso para mí). En casa, el único creyente es mi padre, y para eso lo hace en (su) Dios, y no en los curas. Pero se ve que en algún momento se sintió obligado a intentar llevarme por lo que él entendía que era el camino correcto e hizo lo que pudo para animarme los domingos por la mañana. La verdad, como efecto llamada tuvieron más poder (unos años después) las pulsiones adolescentes (ellas sí iban a misa... y en masa!) y aquellos primeros canutos en las convivencias y las escaleras del atrio. Pero admito que toda mi vida he sido incapaz de soportar coñazos sólo porque así lo indicasen las convenciones sociales, así que ni unos ni otros tuvieron demasiado éxito con la promoción del ritual (de la cuestión de fondo, no hace falta ni comentarlo). Eso me ha perseguido después siempre que me ha tocado aguantar una conferencia, un acto protocolario, un mitin o una rueda de prensa: a menos que algo me entretenga, a los pocos minutos comienzo a dispersarme.
La iglesia de mi pueblo (o tendría que decir la parroquia? es que no me aclaro...) tiene fama de progre y moderna (no sé qué pensarán entonces de lo de Jon Sobrino) y por eso se empeñaban en amenizar la ceremonia cantando. Claro, lo de progres y modernos pase... pero de ahí a compositores, hay un mundo... Entonces, qué es lo más fácil? Tiremos de tonadillas pegadizas y universales que se le incrusten a la gente en el subconsciente y hagan que se encuentre un día, incluso mientras hace cosas que contravienen el credo, tarareando el padrenuestro con música de Simon & Garfunkel.
Porque ahí está el quid de todo este rollo: resulta que las melodías que estos cabrones utilizaban para intentar extender su doctrina pertenecían a algunos de los grandes clásicos del siglo XX. Quién coño se puede creer que Dylan tuvo algo de revolucionario cuando "Blowin' in the wind" lo retrotrae a la imagen de un coro de niñatos con sombra de bigote y ridículas chaquetas lilas entonando nosequé sobre la ofrenda del pan? (Es por eso que luego se sacaba fotos con Wojtyla?)O que la letra de "Sounds of silence" no es "padre nuestro tú que estáaaaas..." sino, como vi por ahí, una reflexión en torno al trauma que provocó la muerte de JFK en Yankeelandia...? Dónde están Ramoncín y Teddy Bautista cuando pasa esto? Los católicos (gracias, majos) nos han jodido canciones como éstas para siempre y nadie protesta!!!
Seguro que por eso me hice punki...
Art Garfunkel, en El Mundo.
Nunca he ido demasiado a la iglesia (cómo puedo entonces estar bautizado, comunionado y confirmado es casi un misterio, incluso para mí). En casa, el único creyente es mi padre, y para eso lo hace en (su) Dios, y no en los curas. Pero se ve que en algún momento se sintió obligado a intentar llevarme por lo que él entendía que era el camino correcto e hizo lo que pudo para animarme los domingos por la mañana. La verdad, como efecto llamada tuvieron más poder (unos años después) las pulsiones adolescentes (ellas sí iban a misa... y en masa!) y aquellos primeros canutos en las convivencias y las escaleras del atrio. Pero admito que toda mi vida he sido incapaz de soportar coñazos sólo porque así lo indicasen las convenciones sociales, así que ni unos ni otros tuvieron demasiado éxito con la promoción del ritual (de la cuestión de fondo, no hace falta ni comentarlo). Eso me ha perseguido después siempre que me ha tocado aguantar una conferencia, un acto protocolario, un mitin o una rueda de prensa: a menos que algo me entretenga, a los pocos minutos comienzo a dispersarme.
La iglesia de mi pueblo (o tendría que decir la parroquia? es que no me aclaro...) tiene fama de progre y moderna (no sé qué pensarán entonces de lo de Jon Sobrino) y por eso se empeñaban en amenizar la ceremonia cantando. Claro, lo de progres y modernos pase... pero de ahí a compositores, hay un mundo... Entonces, qué es lo más fácil? Tiremos de tonadillas pegadizas y universales que se le incrusten a la gente en el subconsciente y hagan que se encuentre un día, incluso mientras hace cosas que contravienen el credo, tarareando el padrenuestro con música de Simon & Garfunkel.
Porque ahí está el quid de todo este rollo: resulta que las melodías que estos cabrones utilizaban para intentar extender su doctrina pertenecían a algunos de los grandes clásicos del siglo XX. Quién coño se puede creer que Dylan tuvo algo de revolucionario cuando "Blowin' in the wind" lo retrotrae a la imagen de un coro de niñatos con sombra de bigote y ridículas chaquetas lilas entonando nosequé sobre la ofrenda del pan? (Es por eso que luego se sacaba fotos con Wojtyla?)O que la letra de "Sounds of silence" no es "padre nuestro tú que estáaaaas..." sino, como vi por ahí, una reflexión en torno al trauma que provocó la muerte de JFK en Yankeelandia...? Dónde están Ramoncín y Teddy Bautista cuando pasa esto? Los católicos (gracias, majos) nos han jodido canciones como éstas para siempre y nadie protesta!!!
Seguro que por eso me hice punki...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home