Con cuernos y rabo

En estos tiempos de revisionismo, ya tardaba que alguien echase el lazo sobre los anarquistas. La efeméride no es mala, un siglo desde el "dígaselo con flores" de Mateo Morral, el espíritu que poseía a Victoria Abril ("anarquista, espiritista... y coja") en aquel engendro llamado "Libertarias". Una peli en la que Durruti aparece siempre de espaldas, con su naranjero al hombro. Algo nada gratuíto si recordamos que, según la versión oficial, fue el arma que le causó la muerte: no llevaba el seguro puesto y se le disparó, "un descuido muy anarquista, por cierto" según el historiador de cabecera de Lavoz. Ya que hablamos de revisionismo, Fernández y compañía deberían echar un vistazo a las investigaciones publicadas en El Periódico por el actor que interpreta a Irreal Intauto, y que arrojan nuevas luces sobre lo sucedido aquel día de noviembre del 36 en la Ciudad Universitaria.
Hoy, El Mundo y el diario gratuíto que se distribuye con él de forma "conjunta e inseparable" dedican en sus suplementos sendos trabajos al regalo de bodas de Morral a Alfonso XIII. Además de ser divertidamente contradictorios (el que firma Alfredo Amestoy -será el mismo?- echa por tierra varias de las tesis del elaborado por Roberto Qumata), el del otrora "periódico más leído por la clase dirigente de Galicia" acumula tal colección de tópicos y mal rollo sobre el anarquismo que parece redactado por un poli de la Brigada Político Social.
Sin duda, movido por la profesionalidad, su afán de contrastar fuentes le obligó a consultar a "presuntos" anarquistas que, desde sus "reductos", "mascullan" las respuestas y llaman "lacayo" a un periodista que los acusa, incluso, de "manipular la Ilustración". El tal Qumata no reprime sus arrebatos líricos: "La nobleza europea y el pueblo madrileño, atónitos, no pueden entender cómo una princesa de cuento de hadas, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, joven y hermosa, sea diana de la vesania asesina"...
(Curioso. Radio Vesania era el título del programa que hace años perpetraban los chicos de la CNT en Radio Kalimero, y que dejó frases para el recuerdo... "Agustín Sixto Seco: penso, logo non son Sixto"... Coincidencia?).
... Aunque la argumentación alcanza su clímax al hablar de Xosé Tarrío, un "infeliz en el Primer Mundo que pudo ser misionero en el Tercero. Los misioneros, a diferencia de los anarquistas, no matan: los matan. Esa es la diferencia". Ergo, anarquista=asesino. Ni Acebes es tan bueno construyendo silogismos.
Toda esta descalificación barata e impune me recordó aquellas declaraciones de Fraga, hace años, en un acto en Vigo ante sus cachorros. El movimiento antiglobalización estaba despertando, acababa de celebrarse la cumbre de Seattle y los medios, que se habían creído lo del fin de las ideologías, volvían a utilizar, con miedo, el término "anarquista". El León de Villalba recomendó a los suyos que tomasen buena nota de "lo único que había hecho bien Stalin: eliminar a los anarquistas". Unas palabras por las que un fiscal coruñés llegó a plantearse que Fraga hubiese cometido algún tipo de apología de ésas que el PP ve por todas partes. Por supuesto, todo quedó en nada.
Pero, si en lugar de anarquistas, hubiese hablado -por decir algo- de socialistas, nacionalistas, judíos o negros... ¿hubiera pasado lo mismo?
En otro de los ripios que Amestoy le echa abajo, Roberto Qumata asegura que, cien años atrás, matar a los reyes "costaba mil pesetas". Hace mucho menos, recomendar el exterminio de los libertarios, a Manuel Fraga le salió totalmente gratis.